Familia con hijos prematuros una historia diferente



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agaracoach
22 abril 20
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hijos prematuros

LA FAMILIA CON HIJOS PREMATUROS: UNA HISTORIA DIFERENTE

Las familias con hijos prematuros pasamos por diversos retos y tenemos exigencias diferentes a las familias con hijos a término.

No vivimos la llegada de nuestros hijos como nos lo pintan en las películas: las imágenes de bebés regordetes, rosaditos y de apariencia saludable están muy lejos de nuestra realidad.  Nuestros días transcurren entre la emoción porque subió 20 gramos y la preocupación porque le subieron al oxígeno. En muchos casos las habitaciones estaban  a medio organizar cuando decidieron que era el momento, y en la mayoría tuvimos que comprar ropita que parecía hecha para los muñecos que les regalaban. Y no quiero hablar acá de la incertidumbre con cada nuevo diagnóstico o examen raro que les ordenan…

Hoy, por el contario, quiero dejarles la certeza que es posible salir adelante, que aunque el camino sea duro, el destino es increíble, sin duda alguna.

Mis hijas Julieta y Silvana, gemelas, nacieron de 30 semanas y estuvimos 43 días en UCI neonatal. Logramos dejar el oxígeno 4 meses después. Al día de hoy, las hemorragias cerebrales no han dejado secuelas, y tienen un desarrollo cognitivo adecuado para su edad. Disfrutan su colegio y han desarrollado habilidades que antes me parecían increíbles.

Como Coach de familia hoy puedo entender que la familia necesita ser muy fuerte y tener ciertas formas de afrontar la realidad para transitar este camino de manera más ligera. Por eso quiero compartirte estos 5 TIPS PARA FORTALECER LA FAMILIA CON HIJOS PREMATUROS.

Estoy segura que te vas a identificar con cada uno de ellos y que si los pones en práctica, al final podrás sonreír desde el amor, recordando todo lo que ha pasado.

  1. ¡Somos súper héroes!
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Que cada mañana al despertar esta sea la frase que te repitas ¡Somos súper héroes! Y que te la repitas a cada instante, que se convierta en tu mantra de poder, porque realmente, nuestros pequeños son los más grandes guerreros y nosotros sus compañeros de batalla.

Ellos dan físicamente la más grande lucha frente a este mundo para el cual aún no estaban preparados. Tienen que aprender cosas tan básicas y naturales para los bebés a término como respirar o deglutir,  y su inmadurez neurológica es su principal archienemigo.

Por eso es necesario que te repitas hasta el cansancio, hasta creerlo profundamente, que somos súper héroes, que tenemos el súper poder de la persistencia, de la fe, de resiliencia.

Lo que te repites con certeza tu cerebro lo empieza asumir como una realidad. A esto se le conoce como programación. Así que empieza por crear una realidad de fortaleza y triunfo, en lugar de una de dificultad y victimización.

Nuestra criptonita está representada en muchas cosas que nos rodean, como el cansancio, la desesperanza, los comentarios, que aunque bien intencionados, nos llenan de miedo, las estadísticas etc. Pero si sembramos en lo más profundo de nuestro ser la certeza de ser unos guerreros excepcionales saldremos victoriosos de la batalla.

Y cuando crezcan, asegúrate que tu hijo sepa lo fuerte que fue, lo difícil que tuvo que pasar y pudo superar, esa será su gasolina para impulsar el motor que lo lleve a conquistar nuevos retos.

Bien dicen por ahí que a un prematuro cuando crece ¡nada le queda grande!

2. Celebren cada logro.

Nuestro sistema nervioso en sus capas más primitivas, funciona bajo dos premisas esenciales: búsqueda de placer o evitación del dolor. Todo aquello que nos produzca placer o nos evite un sufrimiento será visto por nuestro cerebro como algo deseado.

Alcanzar metas, cumplir objetivos, son eventos que hacen que nuestro cerebro genere una sustancia llamada DOPAMINA que tiene que ver con el bienestar del logro y la recompensa. Nuestros bebés tiene logros a diario, y celebrarlos hace que tengamos en nuestro cerebro una buena cantidad de dopamina que nos haga persistir en la búsqueda de esas recompensas.

Recuerdo cuando a mis hijas les ordenaron terapia física y ocupacional. Que sostuvo la cabeza 3 segundos ¡Yei!, que pudo darse la vuelta sola ¡Yei!, que saturó perfecto sin oxígeno ¡Yei! Cada instante vale la pena ser celebrado.

Y puede que la celebración sea simplemente reconocer el logro con una sonrisa, una palabra, una exclamación, o que busquen como familia un espacio para reconocerse en sus avances.

Y por supuesto también se vale celebrar en grande. Recuerdo que para la celebración del primer cumpleaños de mis hijas me cuestionaba si valía la pena hacer una fiesta grande, pues ellas no la iban a recordar. Pero entendí que no solo ellas habían vencido a las estadísticas, nosotros como pareja, como familia, como padres, también habíamos sido parte del logro y festejar para reconocernos y para agradecer a los que nos acompañaron en todo ese proceso valió cada centavo.

3. Quédate con la opinión del profesional que te de confianza.

Cuando te enfrentas a la prematurez tienes más citas con diferentes médicos que las que jamás te imaginas que podrías tener en tu vida.

En la unidad neonatal viene el tratante, el especialista de cada órgano que quieren revisar, que la terapia de esto y de aquello, y a veces tiene opiniones encontradas que te generan dudas. O a veces, aunque estén todos de acuerdo, son tantas personas dándote información que no terminas de entender, que te sientes perdido y cada vez más preocupado.

Lo primero que te quiero decir al respecto, es que todo va a pasar. Un día el eco mostrará que se cerró el ductus y ya no verás más al cardiólogo. Otro día tu bebé aprenderá a deglutir y lo podrás alimentar sin el fono al lado. Y así sucesivamente.

Pero definitivamente necesitas tener un líder, que te de tranquilidad en el proceso. Alguien a quien le creas, con quien te sientas a gusto y confiado de saber que lo que se está haciendo es lo que crees que debes hacer.  Alguien con quien abiertamente puedas hablar de tus dudas con la certeza de estar siendo escuchado y apoyado.

En mi caso, muy particular, fue uno de mis profesores. Un pediatra que cuando lo conocí en la Universidad, yo me decía, algún día quiero ser como él. Le consultaba todo lo que me decían los médicos que veían a mis hijas, y lo que me decía me daba paz en el corazón y eso era lo que hacía. Muchas veces no coincidía con lo que indicaban por fuera, pero era lo que yo necesitaba escuchar.

Encuentra esa persona dentro del equipo que tienes a mano y haz un vínculo fuerte con ella, es tu polo a tierra en esta marea de información.

Por último, que las opiniones que tengas en cuenta sean avaladas por un profesional. Si tu tía te recomienda el agüita de x para tal cosa, no lo hagas solo por complacer a la tía, o porque ella lo hizo con sus hijos y son adultos sanos. Tu bebé prematuro no es un conejillo de indias, todo lo que hagas debe hacerse bajo unos criterios de buscar no solo el bien mejor, sino de evitar a toda costa cualquier complicación, porque ellos no reaccionan como los niños a término. Lo que menos quieres es hacer prueba y error, porque el error puede ser fatal.

4. Sé estricto y coherente con tus decisiones.

Para poder entregar lo mejor de ti, necesitas estar bien tu primero. Nuestros hijos prematuros necesitan papás con pilas de larga duración y de material resistente al impacto.

En el momento en que nazcan tus hijos vas a recibir una lluvia (un aguacero, es más, una tormenta) de sugerencias sobre lo que debes o no hacer. Que lo fajes, que le des x o y bebida, que les pongas la camiseta roja, el hilito en el tobillo, que duerma o no contigo, que saques al gato, y un sin fin de cosas que te van a atormentar.

Recuerda que el foco aquí es que tú estés bien, para que puedas dar lo mejor de ti a tu hijo. Tu bebé necesita papás fuertes y enfocados y no abuelas o vecinos satisfechos con sus recomendaciones.

Así que hay que poner límites claros y ser estricto con ellos. Recuerda “Mi casa, mis reglas” y como dicen por ahí, si no le gusta, que no venga. Suena duro, pero más duro sería que algo pase por hacer caso a lo que te dicen y no a lo que tú consideras que se debe hacer.

Esa tía abuela que se muere por ver a tu hijo recién salido de la clínica, ¡no se va a morir! (al menos no por eso). Seguro podrá esperar a que tu abras las puertas de tu casa para conocerlo cuando su sistema inmune este preparado. Algún día tu tía abuela entenderá, y tú te habrás evitado el estrés de pensar en lo que le puede dar si dejas que todo el que quiera venga a conocer al niño. Que la curiosidad de los otros no valga más que tu paz.

En nuestro caso cosas tan simples como que si alguien quería verlas debía estar vacunado contra la tosferina, nos llevaron a decisiones complejas. Mi empleada le tiene miedo a las agujas, odia las inyecciones, entonces tuve que decirle que la única manera en la que podría continuar trabajando para nosotros (y lleva años en mi casa) era vacunarse. Fue entonces su decisión hacerlo, pero si su respuesta hubiese sido negativa, sin dudarlo me hubiera tocado retirarla. Foco en el objetivo es la consigna a seguir.

5. ¡Consiéntanse!

Mis hijas nacieron en agosto y esta foto es  de enero siguiente, para mi cumpleaños.  Tenían apenas  un mes y medio de edad corregida. No fue fácil pensar que se iban a quedar por la noche con una niñera mientras yo iba a divertirme y a celebrar mi cumpleaños sin sentir culpa y sin la ridícula idea de ser una mala madre por esto. ¡Pero valió totalmente la pena!

Las más beneficiadas fueron ellas. Al otro día tenían una mamá liberada de culpas, consciente de su bienestar para servir mejor. Recordándose como mujer, pareja, amiga, colega.

Ese día me peiné y me arreglé las uñas. La que usualmente me atiende en el salón, pensaba que me había mudado porque llevaba mucho tiempo sin verme. Decidí cambiar mi cara de trasnocho por la de una mujer feliz y merecedora de disfrutar de momentos por fuera del rol de madre.  Ese día me permití comer lo que me gustaba, porque quería,  en lugar de lo que fuera rápido o estuviera listo para no perder tiempo de lo que tenía que hacer por ellas.

Me enteré de lo que había pasado con la vida de mis amigos,  y a través de ellos con lo que ocurría en el mundo, porque en esos meses el foco solo eran mis hijas. Me conecté con esa parte de mí que valora a los que han estado siempre allí y han sabido respetar mi proceso

Desconectarte por momentos te permitirá llegar renovada para desde tu bienestar, reforzar ese vínculo, y mostrarle a tu hijo desde el ejemplo que ocuparse de uno mismo es la base de una auto estima saludable.

¡Así que a consentirse! No importa si solo es salir a la tienda y comerte ese dulce que te gusta, o llegar a casa de tu mamá y encerrarte a dormir un poco mientras los abuelos hacen lo suyo. No importa si es comprarte ese video juego o ese libro, que sabes que no usarás mucho (como antes) pero el solo hecho de tenerlo te va a desconectar.

Estas haciendo un trabajo muy duro y complejo, así que mereces esos momentos de recompensa. Verás que es saludable para ti, para tu pareja, para tus hijos. Disfrútalos sin culpa, con merecimiento y el gozo de aquel que hace las cosas bien.

Espero que estas ideas te hayan sido de utilidad, que las empieces  a aplicar y vivas esta aventura de la prematurez de una manera diferente.